rustico

El loft surge en los años 70 escultores, pintores y fotógrafos que buscaban espacios económicos para vivir y trabajar.

Se caracteriza por grandes superficies sin divisiones líneas geométricas puras, con mucha luz y destacado aspecto fabril. El loft necesita de espacios amplios, preferiblemente viejas fábricas, aunque también se puede construir un loft desde cero.

Se destaca por zonas comunes conectadas entre sí, aunque podría haber zonas más privadas y separadas del resto.

El espacio vacío constituye el elemento más importante del estilo loft.

Otra característica distintiva del loft es el uso de dos plantas o entrepisos que, aunque comunicados, separan el área principal de salón y cocina, de los dormitorios.

La unión de ambas plantas generalmente se logra con escaleras de importante peso decorativo.

La integración visual de todo ese gran espacio es de suma importancia, utilizando los pisos, paredes, materiales y colores para lograr uniformidad.

El estilo loft permite detalles de obra a la vista, por ejemplo: columnas, cables, cañerías de instalación eléctrica o calefacción.

iluminación Por su espaciosidad la luz juega un rol fundamental en el estilo loft. Tendrá que tener grandes ventanales y techos muy altos, permitiendo un acceso importante de luz por todo el espacio. La luz debe inundar el ambiente.

Colores Los colores utilizados en este estilo generalmente suelen ser fríos, con grises, azules y sobre todo blancos, pero también se utilizan tonos vainilla, tierra o hueso.

En cuanto a los acentos se pueden lograr con colores intensos en estructura metálica o paredes.